David Lynch soñó internet

Cargamos con tremendo romance con David Lynch. Siempre lo hemos tenido, sin embargo, en la últimas semanas, se ha intensificado de manera notable. ¿Serán estos días raros? Tal vez. Nadie sabe cómo comienzan las obsesiones.
Es muy probable que la nuestra comenzara con sus películas.
O tal vez porque su canal de YouTube está muy activo. De hecho acaba de estrenar un corto en esa misma plataforma.
También tenemos que reconocerlo. David Lynch es un mega capo. Le sabe muy intensamente a la vida. Tiene pocos pelos en la lengua y demasiadas ideas brillantes.
Sin embargo, es de esos genios que uno siente cercanos. Sin miedo. Con mucho que decir, incluso cuando parece que no tiene nada que decir. A tal grado esta particularidad que, no lo podemos dudar, puede ser que todo sea un inmenso y fundamental chiste.
Por otro lado, hace música. Densa, oscura y nostálgica.
Y es un enorme maestro de la meditación trascendental. De hecho, la David Lynch Foundation, o The David Lynch Foundation for Consciousness-Based Education and World Peace, se dedica a propagar esta técnica por todo el mundo, y ahora mismo están aplicando todo su esfuerzo contra el COVID-19.
No hay forma de no ser fan de este señor. Si no le agarras el pedo, es que no entiendes el pedo, o lo entiendes demasiado. Tú fallaste, nunca Lynch.
David Lynch sueña en internet
No obstante, esta invitación no es a inscribirse a la Universidad De Lo Otro Loco. Queremos invitarlos a reconocer que David Lynch entendió primero internet, y es uno de sus grandes exponentes, aunque sea involuntariamente.
¿Por dónde comenzar? Tal vez por su Weather Report; pequeñas cápsulas sobre el tiempo según se ve desde su ventana. O la vez cuando se quedó una hora en silencio escuchando la lluvia y reflaxionando, o algo así. O cuando se comió unas pantaletas. Qué tal la cereza en el pastel de lo viral y mediático: su Ice Bucket Challenge.
Pensado por aquí o por allá, David Lynch es genial, pero más importante, es uno de esos artistas que no se acoplan a su tiempo, sino que hacen del tiempo y el espacio su jardín de juegos.
Ojalá esta mínima galería sirva para interesar a alguno en esta hermosa galaxia. De nuevo, David Lynch no falla, el mundo es el que falla a su alrededor.