¿Cuántos chilenos tienen que quedar ciegos para que ustedes puedan ver?
Ya no basta con marchar. Por estos días la represión se ha vuelto más cruda, los informes de derechos humanos sólo evidencian lo que venimos gritando ya hace 40 días: en Chile se violan los derechos humanos.
Y no suficiente, el gobierno en vez de estar trabajando en lo que exigimos como derechos básicos, crea una ley en la que permite sacar a los militares a la calle, con exención de responsabilidad penal, es decir con total impunidad. Al igual que lo que ya vivimos cuando comenzó esta revolución, y lo que ocurrió durante la dictadura de Pinochet. Porque eso es, la revitalización del régimen, desde el presidente hasta los esbirros que están en las calles “protegiendo el orden público”.
Lo que vivimos en las calles es surrealista, jamás imaginé ver la ahora Plaza de la dignidad, ex-Plaza Italia, así. Así de destruida y llena de humanos esperanzados defendiendo lo justo. Hay que rendir honores a “la primera línea”, que es como se ha denominado a quiénes están dando la batalla a la represión, organizados, unidos, cada uno con lo suyo para aportar a la defensa de la manifestación. Porque eso son: personas de primera línea, fieles a su pueblo, al contrario de aquellos que juraron protegernos.
Nos han criminalizado, y es que ahora no somos sólo un puñado los descontentos. Pero al igual como lo hicieron por años con los estudiantes, no nos escuchan. No nos ven, no existimos. En su mundo de fantasía, solo ven su hambre de poder y protección para sus intereses personales, más que personales económicos.
Ya fue suficiente. Más de quince mil detenidos, más de doce mil heridos, ¿No le es suficiente, Señor Piñera? No han sido cinco semanas de violencia, han sido cinco semanas de resistencia, de salir a las calles a gritar a viva voz lo que queremos. ¿Y qué hemos obtenido? Disparos, gases lacrimógenos, agua con químicos.¿Esa es su paz? ¿Esta es su normalidad?.
¿Cuántos más chilenos tienen que quedar ciegos para que ustedes puedan ver? No, ya no más. Ni uno más. Por ellos, por todos los torturados en democracia, por todas las personas que han sido violadas, por todos los que no volverán, por ellos y por nuestras madres, padres, hijos, abuelos, no podemos bajar los brazos.
Al fin de cuentas con este gobierno fascista tendremos más preguntas que respuestas. Por ningún motivo llegaremos al ¿Dónde están?, porque esta vez no somos los mismos. Volvimos con más rabia, porque al contrario de ellos, nuestra lucha es puro amor. Ahora vamos por todo, no aceptaremos sus migajas, llegó nuestro momento, y como lo dijo el gran Jorge González: “La revolución llegó y no hay vuelta atrás”.
Por ti Gustavo Gatica, y por todos a quiénes los que nos gobiernan les han quitado la vida, no descansaremos hasta que tengamos justicia. Y sin justicia no habrá paz.
Amigos, si un día no vuelvo, quémenlo todo.
José Miguel Araya – @josemiguelaraya