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Protestas en Chile. Voces y rostros desde las calles

Foto: José Miguel Araya

El mundo ha tomado un tono peligroso. Algo en el aire está gritando de terror, de impotencia, de rabia. Las escenas se repiten en distintas partes del mundo con pavorosa similitud. Personas que toman el espacio público para gritar basta. Al sur de nuestro continente, las protestas en Chile nos están mostrando algo que hace mucho que no veíamos, tanto para bien como para mal.

Foto: José Miguel Araya
Foto: José Miguel Araya
Foto: José Miguel Araya

Todo empezó el pasado 17 de octubre en que se anunció la alza del precio del boleto del metro. Esa fue la gota que derramó el vaso de un pueblo chileno que ha soportado décadas de despojo, de privatizaciones de los servicios de salud, del agua, de fondos de pensiones voraces y salarios miserables. El hecho de que el boleto del metro subiera a más de un dólar era ya demasiado para familias enteras que sobreviven con 600 dólares al mes. Mientras la élite social, política y militar se autoriza bonos y prestaciones millonarias. Eso despertó las protestas.

Foto: José Miguel Araya
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Foto: José Miguel Araya

Los primeros en salir fueron los estudiantes entre 14 y 17 años, quienes al grito de “Evádeme”, convocaron a entrar al metro sin pagar. La respuesta de la gente fue de solidaridad, la del gobierno de represión. Las manifestaciones en las calles se intensificaron con cacerolazos. El sábado 19 de octubre, el presidente Sebastian Piñera declaró el estado de emergencia en la capital y otras dos ciudades. Por primera vez desde el fin de la dictadura, un militar estaba a cargo. El presidente declaró que Chile estaba en guerra.

Foto: José Miguel Araya
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Foto: José Miguel Araya

Ese mismo sábado empezaron también las denuncias de desapariciones y detenciones arbitrarias de personas. Las redes sociales reportaban a menores heridos por balas de goma tiradas a quemarropa. En las calles, los locales comerciales eran tomados por la gente no para saquearlos sino para prenderles fuego.

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Foto: José Miguel Araya

El domingo, Piñera echó atrás la alza al metro, y prometió abrir un diálogo. La ciuadanía pidió como condición levantar el estado de emergencia y sacar al ejército de las calles. El saldo oficial del fin de semana fue de 11 muertos y 152 detenidos. Para el martes 22 de octubre, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos reportaba 42 muertos, 12 mujeres violadas, 1300 detenidos (entre ellos menores de edad) y cientos de desaparecidos.

Foto: José Miguel Araya
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Foto: José Miguel Araya

Con el paso de los días, en redes sociales se han multiplicado los videos en los que la gente documenta el uso excesivo de la fuerza y violaciones a derechos humanos. Se comprobó la existencia de un centro de tortura en una de las estaciones del metro de la capital.

Mientras continúan las manifestaciones en las calles, Sebastian Piñera anunció una “renovada agenda social” y pidió perdón por su “falta de visión”. Al mismo tiempo, se filtró un audio privado de Cecilia Morel Montes, esposa de Piñera, en que califica las protestas “como una invasión extranjera, alienígena, no sé cómo se dice, y no tenemos las herramientas para combatirlas” y finaliza afirmando que “Por favor, mantengamos nosotros la calma, llamemos a la gente de buena voluntad, aprovechen de racionar la comida, y vamos a tener que disminuir nuestros privilegios y compartir con los demás”.

Foto: José Miguel Araya
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Foto: José Miguel Araya
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Foto: José Miguel Araya

El grito en las calles ahora es uno solo: #RenunciaPiñera. Desde las plazas públicas, el fotógrafo y cineasta José Miguel Araya nos manda las voces y los rostros de las calles de Chile. Hasta el momento ha recibido dos balas de goma, pero sigue en las calles. En una llamada por la mañana nos dijo “Aunque me disparen yo voy a seguir saliendo, lo peor que me puede pasar es la muerte”.

Foto: José Miguel Araya
Foto: José Miguel Araya
Foto: José Miguel Araya

A continuación, dejamos los testimonios que José Miguel ha recabado en las calles durante las protestas de todos los días. Hagamos que estas voces se escuchen: #RenunciaPiñera, ¡fuerza, Chile con todo menos miedo!